15/8/08

Pensando en voz alta

Darse un tiempo para intentar leer la realidad es importante, pero yo he descubierto que además leerla en voz alta, tiene sus ventajas.

Es como si al verbalizar los pensamientos, tomaran otra dimensión. Como si en la cabeza no tuvieran el suficiente espacio para estirarse, y dejar apreciar, incluso lo más obvio que tengan para decir.

Pensar en voz alta es revelador, así como cuando llega el jaque mate, estaba ahí, durante minutos hiciste el esfuerzo de buscar el peligro acecho, no obstante, lo perdiste de vista, y sólo fue obvio cuando pasó.

Como si la cadena de pensamiento funcionara distinto cuando se habla, porque a fin de cuentas, es una voz, como un estímulo externo que nos llega, y con el que nos permitimos ser “objetivos”, por eso cuando las cosas se dicen en voz alta, se vuelven extremadamente lógicas, obvias, o se evidencia lo descabelladas que son, o la falta de consistencia que tienen.

Por eso, a riesgo de parecer loca, de vez en cuando, cuando la situación lo amerita, me escucho. Y cuando se trata de un tema en el que estoy emocionalmente comprometida, además, me repito lo que digo, varias veces, porque cada vez toma un sentido diferente, es como si cada pronunciación le agregara un poco de lógica, de claridad. Es como si la propia voz disipara el humo que genera darle tantas vueltas al asunto en el corazón y en la cabeza.

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