21/7/09

A probar o a elegir

Hace unos días tuve una de esas charlas con un amigo que vale la pena recordar, así que pensé que valía la pena también publicarla, aquí está:

Ms C: Ahora que lo pienso es una buena metáfora, la vida es como un tenedor libre

A: jeje, por favor

Ms C: y sí, uno paga un módico precio que es estar vivo, luego si quiere bebidas paga demás (eso tiene sentido, el hígado pasa factura y hay que tener más platica para el vino), y depende de uno si se llena con el primer plato que le hacen en el momento o va probando todo de a poquitos, con paciencia entre plato y plato, y le saca el jugo al concepto de: todo lo que pueda comer

A: Tú lo has dicho, toca degustar y mirar si se sigue adelante o se queda ahí

Ms C: La clave de eso es que uno sabe que siempre hay cosas que quedan por probar, por eso quedarse es tan arriesgado. Por ejemplo, me gustaron los macarrones con queso, deme un plato grande de eso, pero a la vez, el salmón me está haciendo ojitos, y el bife, y el wok de vegetales, y así…

A: Es que esas son las apuestas graves y altas que uno hace en algún momento de la vida

Ms C: Pero ¿hay que hacerlas? Digo, la adrenalina está buena pero, tienen que gustar demasiado los macarrones…

A: Justo eso es un gusto especial y que sientes que después de eso no hay nada que te haga sentir bien en la vida

Ms C: Claro, el truco es que no lo sabes! Por ahí te gustan más con parmesano que con queso holandés, esas sutilezas siempre cuentan. La verdad es que yo entre más pruebo, más me convenzo de que es difícil eso de quedarse con una sola cosa... la curiosidad comienza a volverse un vicio

A: Pues que un solo plato te llene es como creer que porque como hoy mañana, no me dará hambre, eso nunca sucederá por eso debemos comer cada día, porque no existe la fórmula mágica para que quedes llena de por vida

Ms C: Pero es un reto muy grande, hacer ver interesante macarrones con queso todos los días, y creo de hecho que el miedo al compromiso pasa por la pereza de tener que asumir ese reto

A: Es que justo eso es el reto, que cada día encuentres como saborearte los macarrones con queso y que cada día les descubras nuevos sabores, así sea lo mismo todos los días, para eso existen los condimentos para tener sabores diferentes cada vez que prepares algo

Ms C: Ojo que yo también creo que las rutinas pueden ser satisfactorias, yo tengo las mías y les sigo encontrando gusto, sin importar que lo haga todos los días.... supongo que no sólo pasa por el que cocina: es la persona la que le pone picante, o es el paladar del comensal el que encuentra algo diferente cada vez?

A: Ambas cosas, tanto uno debe tener esa capacidad para saborear, como para darle su toque a la comida

Ms C: Por eso es que es más fácil probar de todos los platos... nadie tiene que hacer un gran esfuerzo. ¿No sería esa la respuesta siguiendo la ley del menor esfuerzo?

A: Es la más fácil y así se puede quedar uno todo la vida, por la vía sencilla y sin tener que ser creativo

Ms C: Hay que ser creativo para no llenarse y poder disfrutar de todos los platos tampoco hay que quitarle el crédito al otro estilo de vida... conozco a uno que otro cazador y también tienen lo suyo.

El tema del cazador dio para más, pero eso será después.

13/7/09

Memoria caprichosa

Es extraño el mecanismo de la memoria. Uno va archivando cosas, algunas por un claro impacto emocional, otras porque cambiaron el rumbo de nuestras vidas, pero luego, el resto de la información va quedando con criterios no muy claros a mi entender. De pronto, ante ciertas circunstancias mi capacidad de asociación echa mano de las cosas más insólitas. Una escena de una película, una letra de una canción, una cita de algún libro. Casi nunca tienen mucho que ver, y muchas de esas no las guardé a propósito, incluso algunas son algo vergonzosas.

Por estos días, ante una situación particular sólo puedo pensar en una referencia, alguna escena de una telenovela en la que no estoy segura si fue Aura Cristina Geitner, o Juan Carlos Vargas (años ha) dicen que algunas personas son como un puñado de arena, entre más aprietes la mano, más rápido se van, por lo contrario si solamente la dejas abierta, los vas a conservar.

Por primera vez las cosas funcionan como quiero, no tengo más crédito que la paciencia y la falta de expectativas, y lo único que mi cabeza asocia, es una pinche escena de telenovela barata?

A veces me caigo mal, muy mal.

13/5/09

Cambiando de óptica

A falta de tiaras y juego de princesas en la infancia (entre otros), de grande cada vez que me dijeron que les gustaba o que me querían resulté preguntado ¿por qué?
Es así, la mayoría del tiempo tengo más fé en los demás que en mi misma.
Habiendo identificado el problema como una cosa grave, decidí tomar cartas en el asunto, y con un poquito de determinación un día me metí en un vestidito y zapatos de tacón, me maquillé más de lo normal, y cuando se me acercaron no me pregunté por qué, sino por qué no?.
Cuando por una vez estás firme en tus zapatos (aunque admito haber perdido práctica en los tacones, mis rodillas dan cuenta) dejas de mirarte el ombligo preguntando qué anda mal contigo y empiezas realmente a ver a los otros.
Digamos que me pasé de rosca, como en la prueba del oftalmólogo, me calcé un aumento mayor del necesario, pero esa nitidez que a uno le es ajena en la vida diaria, es una ilusión que vale la pena probar.

Resultado de la operación: empecé a ver las grietas en los otros y pasaron tres cosas:
1. Me di cuenta cómo me veía yo antes y entendí por qué nada funcionaba. (al menos uno de los aspectos)
2. Humanicé un poco a esos semidioses creados por mi cabeza insegura. Vi cómo se caían a pedazos los egos y la confianza de los más cancheros, de los más seguros, sólo con mirarlos un poquito más.
3. Me di cuenta que tenía que moderar, volver a un aumento inferior. Ya lo decía una amiga, todo es cuestión de balance.
Ni mucho que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre. Me bajé de los tacones y estoy probando con los planos, a ver si me cambia la perspectiva.

7/5/09

Porqué prefiero a los hombres (incluso para trabajar)

A pesar de que cada día trabajo con más mujeres sin conflictos, siempre queda un rastro de mi misoginia que disfruta episodios como estos:
Conflicto laboral: Otros (con autoridad) aprobaron algo que Ella no vio. Ella quiere que todo pase por sus manos, y cuando no es así, implica negligencia y animosidad de mi parte.
Ella: no termina de saber qué hago, y a pesar de no ser exactamente mi jefe, me da instrucciones que van desde labores secretariales, hasta editoriales, pasando por las administrativas, de corrección, de diseño, y lo que se le ocurra. Ah, se me olvidaba: nunca escucha, pretende saberlo todo (no tengo que decir que no tiene idea de la mitad) y tiene un insoportable tono de voz. Se le abona, tiene buenas intenciones (pero de eso está lleno el mundo!).
Él: Es el que tiene el título de jefe. Poco constante, conciliador y práctico. No sabe mucho de lo que hago, pero respeta mi opinión y la consulta. Tiene buena onda (que conste, si bien es hombre, no me gusta, sólo me cae bien).

8:00am.
Él y yo: Yo muestro mis preocupaciones por la falta de claridad en los procedimientos y autorizaciones. Él dice que lo aclaremos, que dejemos de lado las diferencias de personalidad (intentando sacar las particularidades de Ella del conflicto). Trabajamos en un nuevo cronograma, solicitud de dejar la angustia a un lado, aparición de otro personaje simpático y chistes mediante, se pasa la tensión.

9:30am.
Ella aparece, con el fruto de la discordia en sus manos (el material aprobado). Cuando nota que no hay tensión y continuamos en el trabajo, lo pone sobre la mesa como si fuera su gran trofeo, con su garganta lista para dar chillidos en busca de atención, lágrimas y de ser posible, sangre.
Él le hace caso omiso. Cuando Ella lo increpa discuten, pero Él decide seguir adelante, diciéndole que luego le informará, acallando todas sus animosidades y dejándola vestida y alborotada.Ella intenta poner su informe en mi cara a ver si yo le sigo la pelea, pero por supuesto yo sólo miro de reojo, como en las comiquitas chinas, y mentalmente me lamo los bigotes.

28/4/09

Buen día

El ambiente se hacía pequeño, como cuando un efecto óptico hace que las paredes se te vengan encima. Me cuesta respirar, entonces salgo y el sol me pega en la cara y el calor de este otoño que se rehúsa a enfriarse, me sobrecoge. Aspiro una buena bocanada y empiezo a caminar sin mirar, intentando que el aire que entra me saque de la cabeza las ideas que ya están borrachas de dar vueltas y vueltas sin parar.

Entro al bar y busco un lugar, un chico lindo me sonríe, y uno no tanto me fija la mirada. Eso siempre ayuda al autoestima, y pienso que me veo mejor de lo que creo.

Miro por la ventana, mientras espero la comida, un carro avanza y retrocede sin parar intentado salir de un espacio cerrado por algún motociclista inconsciente. Sin embargo, no es una tarea imposible, sólo se requiere un poco de destreza.

Pienso que mi día mejora, la escena me recuerda algunos bloopers vistos recientemente y me regodeo del espectáculo en vivo sin consideración, gracias a mi pequeño ego de buena conductora.

De pronto desde la otra mesa viene el comentario argento de los que me gustan: "es una mujer o es un idiota", así, sin anestesia, no puedo dejar de reírme, mi misoginia me hace pensar en que para el caso, son sinónimos.
Sin duda, es un buen día.

17/4/09

Jumanji

De pronto aparece una mujer en el espejo, y la toma desprevenida, la última vez que se fijó era una “jovencita” pretendiendo ser grande, dándoselas de adulta, haciendo todo demasiado pronto, una chica que no terminaba de encajar entre los grandes por falta de experiencia ni entre los pares por creerse grande.

Ahora la mujer se entera, como si se hubiera despertado en medio de un Jumanji: el resultado de las partidas que la niña ha jugado es la realidad con la que tiene que lidiar. Todas esas decisiones, pretensiones, prejuicios, preconceptos, todo eso está instalado, parametrizado, ya fue.

Hay arañas gigantes rondando, arenas movedizas, uno que otro cazador y de vez en cuando se escucha venir una estampida. Con la adultez a cuestas tiene que perfilar el juego, llevarlo hacia mejores paisajes, y ver cómo hace para matar los monstruos o pasarles a escondidas mientras descifra el acertijo para poder cambiar de juego.

31/3/09

¿Hay otra alternativa?

Es llover sobre mojado decir que la soledad está socialmente perseguida. Más allá del condicionamiento social (que aunque no queramos pesa mucho), incluso de la teoría de que el hombre es un animal social, no puedo dejar de preguntar; a pesar de estas dos condiciones, ¿es un ser humano solo (sin pareja) viable?
Ya sé que millones lo afrontan a diario, pero mal de muchos consuelo de bobos, decía mi mamá, por eso me pregunto si hay una forma de darle la vuelta y saltarse el drama de las citas, las ilusiones, las apuestas y ser capaz de ser feliz en soledad. No por la pereza de vivir estas cosas, no por el miedo a ser herido mientras se está expuesto (aunque sería una razón de autoconservación), sino simplemente por optar diferente (sin ser monja, o algo así), ¿es la soledad una forma viable de vivir felizmente?

24/3/09

Gustos particulares

Cuando tenía 13 años tuve mi primera fantasía con un hombre, con uno de verdad. Vi en ese profesor de filosofía (vaya cliché), de maneras extravagantes (no era un poeta maldito, ni un intelectual seductor, de hecho era algo torpe y apasionado), y con la misma imagen de Clark Kent, un encanto que nadie más percibía.
Fue la primera vez que me distraje en clase por estar montada en un globo, fue la primera vez que tardé en entregar un examen porque pasé algún tiempo contemplando cómo el profesor que lo cuidaba jugaba con las galletas morochitas en el escritorio antes de comérselas. Me entretuve queriendo saber qué pensaba en ese momento, pues parecía que le hablaban.
Para ese entonces, su estatura, sus rasgos finos, casi femeninos; su extrema delgadez, y su comportamiento errático, no eran parte del ideal colectivo femenino que me rodeaba, sólo para mí era atractivo. Ahora me doy cuenta, que a partir de él, siempre he sido admiradora de esa extraña belleza, que mis inclinaciones siempre han sido por hombres “particulares”, que así empecé y por más esfuerzos que haya hecho por desviarme, aún sólo esos, me pueden.

14/2/09

Siga participando...

El problema de estar tan sediento es que se ven muchos espejismos y termina uno comiendo arena, cuando creyó beber agua.

15/1/09

En tiempos de crisis...

En estos días llegó a mi bandeja de correo no deseado un mail con este asunto: Donación para el trabajo de dios. No pude evitar preguntarme: ¿tan duro pegó la crisis que ahora hasta dios necesita donaciones? Supongo que con esto de que subieron los colectivos, la luz, y el tomate ya no hay presupuesto que alcance para hacer milagros, contenciones, y demás obras a su cargo, no?