8/10/08

Marketing lastimero a la web

Nada más ofensivo que el marketing lastimero. Ya decían alguna vez que es preferible generar miedo antes que lástima. Se nota que con los problemas del spam, y la fotaleza de Facebook, a los competidores no se les ocurrió nada más creativo, nada más vendible, ninguna ventaja comparativa, sólo un mail de invitación de alguien conocido tuyo, que te ruega puerilmente en el asunto, “no me decepciones”.

Estos patéticos mails me recuerdan a los vendedores ambulantes. Yo los he clasificado en dos tipos, por un lado, los paisas-culebreros: aquellos que rebuscan las ventajas de su producto, y creen tener que convencerlo a uno de cuál es la utilidad de usar medias soquete, tener una lupa en casa, o simplemente que los pañuelitos también son "un bonito regalo". Esta clase de vendedores me causa gracia, si bien le subestiman a uno la inteligencia, se esfuerzan en su trabajo, sólo apelan a esas extraordinarias características (que sólo ellos ven) de eso que por suerte venden cada día a precio de regalo.

Pero también están los lastimeros, y estos son igualitos a los del mail. Son esos que a falta de ingenio marketinero recurren al chantaje emocional. Detrás del "señoras y señores hoy vengo ofreciendo...", hay un tono que realmente dice, tengo 7 hijos que alimentar, mi mujer se está muriendo, mi abuela tiene cáncer, y yo una enfermedad terminal. Sus pregones son lamentos (creo que eso me lo robé de una canción) y su argumento de venta es la desgracia de su vida, su habilidad, sin duda, es lograr con el tono de voz, y los ojos de comiquitia china a punto de llorar, la preciada venta.

A mí por suerte, la sensibilidad ante este tipo de actos se me murió, y lo único que me provocan esas intenciones lastimeras son rechazo absoluto, no me dan ganas de comprar, si acaso de exterminar.