9/4/12

En busca de una enfermedad mental

Nunca he sido gran defensora de las mujeres, ya lo dejé claro antes aquí y aquí, sin embargo, no he podido dejar de notar cómo cada vez más cuando la protagonista es una mujer, su rol no es de esposa, amante, ama de casa, enamorada o artista (esta última ha sido una categoría permanente en el tiempo), sino que ahora también son heroínas: policías, agentes del FBI, guerreras, etc.

Supongo que está bien la diversificación de los roles como reflejo de la realidad, no obstante, también he notado que para que las policías, agentes del FBI, asesinas, y demás sean buenas tienen que estar locas. Pero no como en el caso masculino que simplemente son rebeldes en contra de las reglas o tienen temperamento fuerte, características admirables en cada caso, sino clinicamente locas: bipolares, ciclotímicas, desadaptadas sociales o salidas de un manicomio, sino piensen en Nikita, Homeland, The Killing, Kill Bill y la lista sigue.

Al parecer, la única manera de que las mujeres nos concentremos en una sola tarea y seamos excepcionalmente buenas en ella es gracias a alguna condición mental. Qué idea peligrosa, porque la mayoría ya estamos bastante locas, y no necesariamente chéveres, ahora, ¿cuántas justificarán su locura alegando genialidad?

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