24/3/09

Gustos particulares

Cuando tenía 13 años tuve mi primera fantasía con un hombre, con uno de verdad. Vi en ese profesor de filosofía (vaya cliché), de maneras extravagantes (no era un poeta maldito, ni un intelectual seductor, de hecho era algo torpe y apasionado), y con la misma imagen de Clark Kent, un encanto que nadie más percibía.
Fue la primera vez que me distraje en clase por estar montada en un globo, fue la primera vez que tardé en entregar un examen porque pasé algún tiempo contemplando cómo el profesor que lo cuidaba jugaba con las galletas morochitas en el escritorio antes de comérselas. Me entretuve queriendo saber qué pensaba en ese momento, pues parecía que le hablaban.
Para ese entonces, su estatura, sus rasgos finos, casi femeninos; su extrema delgadez, y su comportamiento errático, no eran parte del ideal colectivo femenino que me rodeaba, sólo para mí era atractivo. Ahora me doy cuenta, que a partir de él, siempre he sido admiradora de esa extraña belleza, que mis inclinaciones siempre han sido por hombres “particulares”, que así empecé y por más esfuerzos que haya hecho por desviarme, aún sólo esos, me pueden.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=M0lec_h6scc&feature=related