9/9/08

Diversificando el portafolio

No soy experta en portafolios de inversiones, pero algo me hace pensar que se parece mucho a como uno se puede manejar mientras busca pareja.
Las inversiones se pueden medir en cantidades de tiempo y atención. Los niveles de riesgo, son las expectativas. Los rendimientos, la satisfacción que le de a uno cada relación.

Hay varios tipos de inversionistas, y prácticamente ninguna forma de invertir es equivocada, lo importante es saber qué se espera del portafolio, con qué capital se cuenta, cuánto riesgo se es capaz de asumir, y qué clase de inversionista se quiere ser.

Existen los inversionistas arriesgados, kamikaze, que hacen grandes inversiones, con altos niveles de riesgo, y a la hora de los resultados, éstos son más que proporcionales: se gana y se pierde en grande.

A esta clase de inversionista un consejero le diría que divida la torta, y no ponga todas sus fichas en una inversión, sino que por el contrario, las reparta, un poquito en algo de bajísimo riesgo, otro en riesgo mediano, y sí un poco más a la de alto riesgo. De esta manera, siempre tiene capital, no genera dependencia de una sola inversión y no se entrega del todo a la suerte, porque si bien el mercado se mueve por la especulación de la información, hay una cuota importante de suerte. Les aseguro que el que salió a la bolsa el famoso 11 de septiembre, podría tener toda la información del mundo, pero ese día, simplemente no se levantó con el pie derecho.

También están los inversionistas muy conservadores, quiénes sólo ponen su dinero en inversiones de riesgo casi cero, así el rendimiento sea poco, pues no se dejan tentar con la posibilidad de mayores ganancias y le huyen a cualquier posibilidad de crash. Son gente que programa sus ahorros, y prefiere vivir con menor liquidez, pues depende de su inversión para vivir.

Aquí el consejero diría que vale la pena así sea una pequeña parte, ponerla a mayor riesgo, a fin de cuentas, la idea siempre es aumentar los rendimientos, además, probar el vértigo de la posibilidad de ganar mucho, también es rédito.

No soy amiga de los extremos, creo que el inversionista ideal, es quien se atreve a arriesgar, pero no deja de tener algo seguro. Por qué no dejamos de arriesgarlo todo, casi siempre con grandes pérdidas, y empezamos a repartir las expectativas con la diversificación del portafolio? Las inversiones solamente seguras, tienden a ser aburridas, y las riesgosas, suicidas. Creo que la clave está en tener más de una, y sólo abandonar la diversidad si una en especial merece la pena, luego de tener evidencia de la rentabilidad a bajo riesgo.

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